[Reseña] Palabras que nunca te dije

Primero de todo, si aún no habéis leído a María Martínez estáis tardando en hacerlo, de verdad. Da igual cuál de sus novelas escojáis porque todas son maravillosas, pero leed una. No sabéis lo que os estáis perdiendo 😉 

Palabras que nunca te dije fue un libro que me llamó la atención solo por llevar el nombre de María Martínez como autora. Luego teníamos esa pedazo de portada que no puede ser más preciosa. Y por último, el título, que tiene no sé qué que me atrapó por completo sin darme cuenta. Bueno, pues esta novela tenía que ser mía fuera como fuera y ahora que ya la he leído (más rápido de lo que me gustaría...), estoy enamorada de esta historia y de sus personajes.

Sara vive en Londres junto a su marido, Colin, y su hijo de diez años, Daniel. Hasta aquí parece ser que nos encontramos con una familia completa y de la que sentirnos orgullosos. Sin embargo, nada más lejos de la realidad, Sara, a sus casi treinta años, a pesar de creer que es feliz no lo es. En absoluto. Su marido no la trata como se merece y prefiere a su trabajo antes que a ella y a su hijo. No es hasta que la mejor amiga de Sara le pide a esta que vaya un mes a un pueblecito de Francia a poner orden en la restauración de un chateau hasta que se da cuenta del verdadero infierno que estaba viviendo. Y de esto se encarga de hacérselo ver Jayden, un hombre que desinteresadamente hace favores por el pueblo y que hará que Sara sepa lo que son los verdaderos sentimientos que se tienen por amor verdadero.

—No te preocupes, a mí me pasa continuamente. Todo el pueblo conoce ya mis piernas. Aunque no son tan bonitas como las tuyas-comentó, e inmediatamente se arrepintió de haberlo dicho al ver cómo ella lo miraba, evaluándolo—. Perdona, era una broma. No lo de tus piernas, claro, eso sí iba en serio, son muy bonitas. Me refiero a lo que he dicho antes. Aunque lo de tus piernas no tendría que haberlo mencionado. Me ha hecho parecer un acosador. Eso tampoco debería haberlo dicho ¿Verdad? No soy un tío raro, te lo juro. Cualquiera de por aquí te dirá que soy completamente inofensivo. Un idiota inofensivo.

Leer a María Martínez es simplemente magia. Es empezar a leer un libro suyo y no poder parar de leer, atrapada entre sus páginas. Y esto es lo que me ha pasado con Palabras que nunca te dije, que es una historia que me ha conmovido y emocionado tanto que lo he vivido muy intensamente. La forma de escribir que tiene la autora es de las que más me maravillan ahora mismo dentro de toda la literatura en general por todo lo que es capaz de transmitir y de crear para una historia. Poder sentir que eres uno más dentro de la trama y que está con los personajes y aquellos lugares que ellos se encuentran pocos escritores lo consiguen. Además, está contado desde una tercera persona que te permite conocer que sienten los personajes y que los hace aún mucho más reales a todos, sin dejar por el camino a ninguno.

Y ahora vamos a ir con Sara y Jayden, dos personajes que van a dejar huella gracia la profundidad que tienen y por lo mucho que he llegado a sentirme identificada con ambos, cada uno por cosas distintas.

Sara, la protagonista, está casada y tiene un hijo pero aun así siente que esa no es la vida que realmente quiere para ella y para ser realmente feliz. Esta tan acostumbrada al día a día que lleva que ni siquiera se plantea un cambio. Es más, ni se atreve a ello por miedo. Sin embargo, el favor a una amiga hará que tenga que salirse de su zona de confort y descubrir por ella mismo lo que se ha perdido durante tantos años y lo que es vivir plenamente. Sara ha sido un personaje con el que he conectado en muchos sentidos, la he sentido muy cercana y real, con problemas interiores y miedos a cosas de lo más naturales como lo es el abandono y quedarte sola sin saber hacer nada. Me ha parecido un personaje muy bien trabajado y con una personalidad arrolladora y tierna a la vez. 

Y luego tenemos a Jayden, que lleva unos años en el pueblo donde va a parar Sara, ayudando en todo lo que puede a los vecinos del pueblo. Este es el personaje con el que más identificada me he sentido por el mero hecho de su personalidad. Tiene una bondad y una forma de hacer las cosas dentro de sí que es digna de mencionar. Además, tiene una idea de lo que es la vida que me ha calado muy hondo, diciéndonos que sólo tenemos una vida y que debemos aprovecharla al máximo y guiarnos por lo que nos dice el corazón, sin cuestionarlo para luego no llegar a arrepentirnos. Leer a Jayden ha sido una delicia desde la primera palabra que dice en la novela hasta la última. Y me quedo también con lo luchador que es pero que a la vez no le avergüence sacar su lado más tierno y romántico.

—Hay algo que necesito decirte (...) Uno es la suma de sus decisiones. A veces nos pasamos la vida esperando a que los demás cambien para poder ser felices, cuando los que debemos cambiar somos nosotros. Nosotros somos quienes decidimos qué clase de vida queremos tener. Solo nosotros, Sara. Recuérdalo, por favor.

El libro, con sus cuatrocientas cincuenta páginas se lee de una sola sentada. Es más, llegará momentos en lo que te obligarás a parar por no querer avanzar en la historia tan rápido, porque hay que saborearla poco a poco. La historia está contada con mucho cariño, con muchos pequeños detalles que enamoran y te hacen sentir mil cosas a la vez. El amor que se va creando entre los protagonistas es tan romántico y real que lo he sentido como si pudiera suceder de verdad en la vida real. Y luego, además de esa relación tan emotiva que se nos cuenta, con lo que más me quedo de la novela es con los mensajes que nos transmite sin nosotros llegar a notarlo hasta cerrar el libro y reflexionar sobre ellos. Es un libro que nos habla de querernos a nosotros mismo a pesar de no confiar en lo que somos capaces, en las segundas oportunidades, en que para enamorarse de nuevo y vivir nunca es tarde...

Y por último, el final es a partes iguales doloroso y alivio. Llega un momento en que la historia se torna de una manera en que no sabes cómo se va a resolver todo y te empieza a entrar el miedo a que destroce el corazón después de todas esas páginas de continua lucha por parte de Sara y Jayden pero todo se resuelve de una forma tan suave y acorde con la historia que fue imposible no soltar lágrimas.

En definitiva, Palabras que nunca te dije ha sido una novela que no me ha defraudado en absoluto y que me ha dado momentos tan bonitos e intensos que la voy a recordar con mucho cariño. La autora ha vuelto a superarse con una trama que me ha parecido preciosa, con unos personajes que te llenan el alma por ser ellos tal cual y con una narración que te atrapa dentro de la historia, sintiéndola viva.

—¿Y te has levantado tan temprano solo para ir por un trozo de pastel?

—Sí, Habría ido hasta Marte solo para ver cómo te relames.

Sara dejó de masticar y lo fulminó con la mirada.

—¡Yo no me relamo!

—Igual que un gato. Pero me gustan los gatos, sobre todo los que se relamen.

—¿Siempre eres así? —preguntó ella.

Jayden acortó la distancia que los separaba y se inclinó para quedar a su altura.
—¿Cómo? ¿Irresistible? —susurró con picaría.

¿La habéis leído? ¿Os llama la atención? 🙈

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